sábado, 2 de abril de 2011

Verborrea NO.

- Señor X: Bla, bla, bla...
- Señora X: Bla, bla, bla...
- Señores Xs: ¡jajajajaja!, bla, bla, bla...
- Señora X (increpándome): ¿Por qué estás tan callada?

Declaración: estoy molesta. Estoy molesta con la necesidad de verbalizar todo lo que en algún minuto tomó forma en nuestra mente, con la necesidad que algunos tienen de hablar, hablar, hablar y seguir hablando con el solo propósito de llamar la atención, con la impulsividad con que otros musitan sonidos con ideas inconexas y banales, con la sed insaciable de aprobación social, con el gran miedo que aún se le tiene al silencio; estoy molesta con la connotación de "socialmente aceptable" que se le ha otorgado a la verborrea.
Por favor, quédese en silencio por más de cinco minutos y sienta. ¡Siéntase!. No tenga miedo de callar, no tenga miedo de lo que pueda decir la otra persona, no tenga miedo de hablarse a sí mismo, de escucharse a sí mismo, de conocerse a sí mismo.
Pareciera que el no hablar como papagayo es signo de enfermedad. Y aclaro que no estoy diciendo que el mutismo es sano, no, no lo es, por el contrario, es necesario tener una vía de escape verbal para atenuar la angustia, pero eso no quiere decir que SIEMPRE tenemos que estar hablando. Mi crítica es hacia la verborrea, hacia la palabrería excesiva, hacia esas personas que creen que hablando en exceso van a ocultar todas sus carencias afectivas y de autoconfianza. El hablar demasiado, también es signo de enfermedad.
Solicito un acuerdo. Pido encarecidamente que se valore el silencio cuando es necesario, que no se tome como una mala actitud el no hablar cuando todos hablan, que no se considere extraña a la persona que en vez de decir un disparate guarde silencio y sólo observe. Pido respeto para los que elegimos cerrar de vez en cuando los labios y reflexionar antes de hablar. A cambio, podemos seguir soportando (una dura tarea) los "blablablá" infinitos y carentes de contenido con que algunas personas pretenden reafirmarse.
Cada individuo elige callar o hablar... si ud. quiere ser verborreico, adelante, séalo, pero por favor, analice la situación y respete los límites. A veces, las palabras de sobra pasan a ser una verdadera molestia para el resto. Respeto mutuo y todos felices.


- Yo: ¿Por qué no debería estarlo?
- Señora X: Pero di algo...
- Yo: "Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla" (S. Freud)

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